Los dejo con un poema que hice para mi clase de Literatura. Me agradó que todos los que pasamos a leerlo, como yo, se tratara sobre el amor; correspondido o no. De alguna manera me hice sentir...viva, saber que no soy la ùnica que llora sus sentimientos de esa forma.
Resiganciòn.
Recientemente he encontrado en mí
un nuevo estado de resignación
donde escuchar tu voz y ver tu sonrisa
quizá, me hace más feliz una canción.
Por que ya dejó de actuar el sentimiento
para darle lugar a la razón
he ahora de pensar con detenimiento
cual será mi pròxima mejor acción.
Puesto que este tonto enamoramiento
lleva más de vivo que de muerto
he de nombrar en este texto
la lista de menesteres que dejo.
Dejaré de ver ese pícaro lunar
del cual no me atrevo a decir más
puesto que si digo su exacto lugar
me delataré y nunca he querido eso, jamás.
Detendré a mis ojos de miradas fijas
deberé de aprenderlos a controlar
he notado que los tuyos son más rápidos
¡de verdad, dejarte debo de mirar!
Y los ojos no son los ùnicos
que afectan a mi reciente plan
pues mis oìdos al escucharte
se derriten tan fácil, como un flan.
Si tan sólo un melancólico día
tu perfume dejaras de usar
te aseguro eso ayudaría
a mi olfato tu memoria borrar.
Que desaparezcan los momentos
donde caminamos juntos por el pasillo
y tus brazos rozaban los míos
y era, según tú, asunto sin motivo.
Para terminar este improvisado verso
nombraré los sentidos que modifico
vista, oído, olfato y el tacto
son los cuatro que aquí califico.
El gusto en mis labios, mi boca
es aquèl que nunca se realizará
y esa es la principal moción
por la que mi resignación a cabo se llevará.
Mara Reyes.
Mara Reyes.