viernes, 15 de junio de 2007

Los cielos se tornan a veces rojos.


Si me acuerdo de este año que pasó sin descanso, que vino y huyó de mi vida sin retraso es probable que pocas veces traiga a la memoria todos los momentos que viví con nuevas personas que conocí.
Sin embargo, no me alarmo, sé que vendrán los recuerdos que necesite recordar; sé que conseguí nuevos amigos y compañeros a los que cariño sentí, aunque no sé si serán parte de mi futuro porvenir.
Dudo que ahorita me de cuenta de la experiencia que he ganado, pero estoy segura que algo me llevé de este año, varias cosas que me hacen crecer; y que se infiltraran en cada dimensión de mi ser, para formarme un carácter concreto.


Fuí feliz, vi el cielo confundirse con mi humor, pues lo vi llorar a él también; hasta puedo jurar que yo fuí la razón de su cambiante color. Adoro cuando se ponía gris y meláncolico...
Fuí feliz por tantas cosas extravagantes que conocí, recuerdo entrar al aula, y decir en los primeros días cuanto le odiaba...carajo...me hicieron cambiar radicalmente mi opinión...mis benditos compañeros de salón...
Me despedí de mis compañeros superiores, lloré porque sin duda les extrañaré; y no miento cuando mi fiel cielo lloró esa noche junto a mí...mi campo de juego no será el mismo con el que aprendí...


Puedo seguir contándoles con melancolía mi frenesí de vida...pero hay algo que quiero expresar...hoy le ví...quizá...por última vez...


Porque no me dijo con exactitud a dónde y cuando se iba, vaya, me lo dijo casi con risa...Y rié porque ignora que yo luchaba por no verle con detenimiento cada día, porque mi obsesión crecía con bastante agonía...porque el amor no correspondido no existe,es pura simpatía...mi obsesión no se detenía...
Y es que su carácter me tenía cada vez más enganchada, no podía comprender de donde sacaba cada palabra, aquél bello tono que no me dejaba dormir, ni hablar de sus labios que limitaban mi respiro, una foto guardo en mi vestido...
Sé que no es amor, sé que se irá, sé que su intensidad bajará hasta dejar de existir; pero si ya duró casi un año, ¿cuándo será el día que diga que fue algo de antaño?
Ni en amistad pudimos quedar, sé que a veces me habló con bastante honestidad, dejó en míuna marca de confianza, pero no creo que eso fuera necesario para llegar a zonas altas.


Y al final pienso y reflexiono...que quizá es esto algo más que debí aprender...para vivir,para aprender a sufrir, para vivir sufriendo, y esperar el día en que mi plenitud sea elsimple hecho de estar feliz, con los detalles que me hacen ser mi persona.


Mi cielo seguirá allí...





miércoles, 6 de junio de 2007

Haciendo caso omiso de mis propios consejos...

Ahh las películas, que bellas son cuando una frase o un diálogo te pega. Y digo te pega, porque literal te golpea y te deja mareado por lo bello o impresionante que fue en tu persona.
Tiene como 2 días, que vi el primer episodio de la Guerra de las Galaxias, y aquella frase a la que me quiero referir hoy, es algo de lo más cierto que he encontrado en todo los lugares (concretos y abstractos) donde he buscado. (No sé todavía muy bien que es lo que busco, pero lo busco)
“El mayor problema del universo es que nadie ayuda a nadie”. Shmi Skywalker (Sí si, la mami del sùper guapetón Anakin)

Quizá el ser humano es social por naturaleza, no refiriéndose a que debe tener una relación amigable meramente de amistad con todo ser similar que se encuentre en el camino, si no al simple hecho de ser solidario.
Es decir, no tenemos ni siquiera que conocer en persona al prójimo con la que somos solidarios.
¿Cuándo dejamos la cortesía, la amabilidad atrás?
¿Cuándo dejamos que nuestros ojos físicos fueran los jueces de nuestros actos?
¿Cuándo dejamos que los prejuicios obstruyeran nuestra felicidad con otros?

Y…SABEMOS que eso es incorrecto, nos decimos a nosotros mismos que esa no es la vereda a la felicidad, que debemos dejar de ver como se viste el de al lado, como habla, como gesticula, dejamos que nuestros primeros juicios nos den una idea errónea de la verdadera esencia de nuestros compañeros, los insultamos, les hacemos sentir mal, muchas veces para sentirnos nosotros superiores. Ya no somos solidarios con nuestra propia cultura, con la literatura, con nuestra música, con nuestros abuelos quienes son a quienes verdaderamente debemos agradecer por estar aquí, pero los vemos como un cuerpo canoso y encorvado, y no como el maravilloso espíritu sabio que son en realidad.

Y es que cuando alguien no es social, no es que no sea popular, es que por desgracia tiene miedo de que no se solidaricen con su forma de ser. Maldito miedo…enséñanos a

Creo que ser solidario es ser tolerante, es ser respetuoso, es “ser” humano.
Solidarizarse en la diferencia de nuestros similares, porque nadie puede ser igual a alguien, ni un poco.

Solidario es ser prudente con tus comentarios, es asegurarte que si vas a actuar de manera estricta o fuerte, al fin y al cabo el efecto sea conveniente para la felicidad tuya propia, y de los demás.

No necesariamente tienes que ayudar físicamente para ser solidario. Creo que la solidaridad es pensar que no sólo eres tú el que importa, que tus actos deben pensarse en torno a las personas que te rodean, y más allá.

La solidaridad es unirse, no sentimental, pero humanamente; con esa sensibilidad que nos caracteriza.
¿Es qué ya nos olvidamos de nuestros valores, de nuestra esencia?
No quiero que seamos perfectos, NADIE, pero que estemos en el camino de serlo.
Y aquí estoy yo…proponiéndoles una forma de ser más felices, pero haciendo caso omiso de mis propios consejos…